Bath. El nombre puede no inducirnos mucha confianza por aquello del significado, pero no nos dejemos engañar: esta preciosa ciudad es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde el año 1987.
Es una ciudad pequeñita del suroeste inglés que apenas cuenta con 90.000 habitantes, así que se visita muy bien en un solo día. Se fundó hace nada menos que 2.800 años, y el fundador fue el padre del rey Lear, el que posteriormente inspiró la obra de Shakespeare.
Bath tiene además un ilustre oriundo: Jane Austen. La escritora mete prácticamente la ciudad en todos sus libros, prueba del cariño que le profesa. Ya entraremos más adelante en este tema, que algo se puede visitar.
Comenzamos
Una vez llegamos a Bath Spa, la estación, que nuestros pasos nos lleven por la Pierremon St hasta Parade Gardens, unos jardines preciosos para visitar al lado del río Avon. La entrada cuesta solo 1.2£, y será un dinero muy bien gastado.Vamos a dar un pequeño rodeo. Salimos por el norte, pegados al río, y llegaremos a un puente precioso que a los que hayan ido a Florencia les recordará al Ponte Vecchio: Pulteney Bridge.
Este puente es más moderno que el de la ciudad italiana, data de 1769. Y al igual que su primo transalpino hay viviendas sobre él. Si queréis volver más adelante, del otro lado del río se pueden coger barcos que nos den un paseo por el Avon. Nosotros vamos en dirección contraria.
Dejamos el puente atrás, pasamos junto a la Victorian Art Gallery, bajamos por High St y llegamos a la Bath Abbey, la abadía de la ciudad. Es una iglesia anglicana consagrada a San Pedro y San Pablo y un precioso ejemplo del estilo gótico inglés.
El frontón, perfectamente simétrico, es una auténtica maravilla. Es perfectamente visitable, así que entramos un rato a dejarnos embriagar por su interior.
Es el momento de acercarnos a la mayor atracción de esta ciudad, que está al lado de la abadía. Puede que nos encontremos una señora cola, pero corre bastante rápido así que cunde esperar: las Termas Romanas.
Vale, la entrada cuesta 12.50£ por persona, pero son lo más representativo de la ciudad (de hecho, la estación de trenes se llama Bath Spa por esto). Son unas termas de la época romana que han quedado como museo, no podemos bañarnos en ellas.
La visita guiada por las termas es muy completa y didáctica, así que merece la pena hacerla y pisar un poco de historia del Imperio Romano. Hay unas audioguías con muchísimas explicaciones y carteles en cada esquina.
Cuando salgamos de aquí cogeremos el Union Passage hasta Miltom St, la calle comercial por excelencia de Bath. Jane Austen la refleja bastante bien en la novela Persuasión, y aquí están las tiendas de ropa más destacadas.
Hora de comer
Aunque parezca mentira, ya será la hora de comer. Vamos a ir a uno de los mejores restaurantes en relación calidad/precio de la ciudad. Subimos hasta George St, giramos hacia Gay St y subimos por ahí hasta The Circus.Antes de ir al restaurante homónimo nos toparemos con esta plaza, un ejemplo precioso de arquitectura victoriana. En pleno centro, un gigantesco árbol da sombra a la rotonda. Es como poco impactante.
En el 34 de Brock Street, saliendo por el norte de la plaza, está el Circus. Se come de maravilla y el menú completo sale por menos de 20£ per capita.
Con el estómago lleno nos dirigimos a la que está considerada como la calle más elegante del Reino Unido: The Royal Crescent, una impresionante calle semicircular de estilo también victoriano.
Está bien que hayamos venido aquí no solo porque la calle y el semicírculo de construcciones majestuosas sean para quitar el hipo, sino porque también podemos bajar la comida tranquilamente sesteando en el Royal Victoria Park, que está al lado y es un sitio de lo más relajante.
Volvemos sobre nuestros pasos por la Royal Avenue y vamos atravesando el parque sin prisas (es un paseo largo pero precioso y relajante a más no poder) hasta llegar de nuevo a Gay St, aunque un poco más abajo.
Hemos vuelto aquí para ir al Jane Austen Center. Un estupendo museo donde se retrata la vida completa y el entorno histórico de la escritora.
Finalizaremos el recorrido por Bath haciendo algo muy inglés: tomar té. Salimos del centro y casi al lado tenemos el Regency Tea Room, un salón inglés donde podremos disfrutar de no menos de 15 variedades diferentes de esta bebida tan británica.
Bath es una ciudad pequeña, pero encantadora. Desde este punto podemos volver callejeando por sus rincones hasta Bath Spa Station y despedirnos de ella para volver a nuestro centro de operaciones.
Fuente: Trucos Londres
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