13/6/16

Visitar Glasgow en un día

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La mayoría de los viajeros al pensar en Escocia automáticamente desvían sus pensamientos hacia Edimburgo por su historia, su fama y, en definitiva, por su encanto.

Pero a tan sólo una hora de distancia en coche tenemos Glasgow, una ciudad cuyo pasado ha sido muy industrial, pero que se va ganando el cariño de muchos turistas a pulso.

En 2009 la guía Lonely Planet la eligió como uno de los 10 mejores destinos del mundo para visitar y tres años después el portal web TripAdvisor la clasificó entre las 12 mejores ciudades de Europa.

Con el paso del tiempo, los astilleros que rodeaban el río Clyde han dado paso a hermosos parques y toda la industria que llenaba la ciudad ha cedido el protagonismo al ambiente y el bullicio propios de una ciudad con mucho encanto y donde el arte se respira prácticamente en cada rincón de esta ciudad escocesa.

Al tener mayor tamaño que su vecina –y a veces rival– Edimburgo (de hecho es la ciudad más grande de Escocia), movernos por ella a pie es algo más complicado. Y como sólo vamos a darnos un día para conocer los imprescindibles de Glasgow, es importante usar el transporte público para ver lo máximo posible en el menor tiempo.

El metro es, sin lugar a dudas, la mejor opción. Hay por supuesto autobuses turísticos que permiten un rápido vistazo por la ciudad, pero la mala circulación lo complica. Si eres un viajero empedernido, nada mejor que recorrerte la ciudad con un mapa en un mano y un billete de metro en la otra. Los hay de 10 y hasta 20 viajes, pero existe un ticket llamado el ‘Discovery Ticket’, que te permite viajes ilimitados durante todo un día por tan sólo 4 libras.

Arte, arquitectura y buen ambiente son los pilares de la ciudad. De modo que haremos un recorrido que nos permita disfrutar de todos ellos sin dejarnos ningún imprescindible por el camino.

Como al inicio del día estamos mucho más activos y a medida que van pasando las horas de largas caminatas el cansancio se apodera de nosotros, lo mejor es empezar de fuera hacia dentro.


Comenzamos

Un buen punto de partida puede ser el Kelvingrove Museum. Para llegar hasta él, sólo debemos coger la línea circular del metro (naranja) y parar en KelvinHall, de ahí al museo son unos 10 minutos a pie por Dumbarton Rd y Argyle St.

Las entradas al museo son gratuitas y se recorre en poco tiempo puesto que no es muy grande, pero no podéis perdéroslo. Es uno de los lugares con más visitas de turismo del país.

En su interior podremos encontrar desde galerías enteras dedicadas a animales como todo un sector medieval, además de una colección con pinturas de los artistas más destacados de la historia de la humanidad.

Atravesando el Kelvingrove Park se llega en apenas 10 minutos a pie a la Universidad de Glasgow, la cuarta más antigua del país y una de las tres ciudades escocesas que se encuentran en la lista de las 100 mejores universidades del mundo.

Un conjunto de edificios neogóticos repletos de magia y que parecen sacados de uno de los libros de Harry Potter. Posee una espectacular torre que sólo puede visitarse si acudimos en viernes, de ser así, las entradas se pueden comprar en el Visitors Centre de la propia universidad.

Como nos encontramos en pleno corazón del West End de Glasgow (que es el casco antiguo de la ciudad), es más que recomendable pasear un poco por esta zona antes de volver a coger el metro.

Para los amantes del arte, perpendicular a la University Ave, en Hillhead St, se encuentra laHunterian Art Gallery. Si no, lo mejor es darse un tranquilo paseo por Asthon Lane, una de las calles más pintorescas de la ciudad –y la calle fetiche de los estudiantes– que está llena de pequeños bares y restaurantes muy conocidos.

Además se encuentra a tan sólo unos metros de la universidad. Aprovechad esta zona para pasear un poco por la orilla del Clyde River.

Es hora de coger el metro en la estación Hillhead (también en la línea circular) a Buchanan St, que nos traslada a pleno centro neurálgico de la ciudad.

La calle Buchanan es la calle más comercial de Glasgow, una enorme avenida peatonal quela cruza de norte a sur donde, además de ir de tiendas, podemos admirar la gran cantidad de artistas callejeros que se colocan a lo largo y ancho de la misma.

A 5 minutos de distancia podemos llegar hasta la George Square, construida hace casi 300 años y donde se encuentra el Ayuntamiento que es uno de los puntos más turísticos de la ciudad.

George St se cruza con Albion St a la altura del hotel Premier Inn. Bajando esa calle se llega en breves minutos al distrito Merchant City donde se encuentra el Café Gandolfi.

Es hora de parar a comer. Esta es sólo una de las múltiples opciones que hay, pero perfecta si se quiere degustar una mezcla ecléctica de platos escoceses. Si no, podéis entrar en la página http://www.5pm.co.uk/ para poder decidir mejor dónde comer y cenar.

En ella tenéis descuentos de los principales restaurantes de la ciudad y no sólo eso, sino que podéis además contar con opiniones, así como menús y direcciones, que os ayudarán a decidir mejor dónde comer y cenar. Ya que sólo estamos un día y no podemos probarlo todo, mejor ir sobre seguro.

Después de comer, la primera calle a la derecha desemboca en High St, subiendo esa calle –ojo que es un buen paseo– se desemboca en la Catedral de Glasgow, la única catedral medieval de toda Escocia que aún está intacta.

Su imponente estilo gótico nos traslada hasta 1136, el año en el que se empezó a construir, aunque su apariencia actual ha sufrido ciertos retoques.

Justo al lado, en lo alto de una colina se encuentra la Necrópolis, un cementerio victoriano perfecto para los admiradores de Edgar Alan Poe o Henry James que además goza del título de ser el más grande de Europa.

¿Y qué hay de Charles Rennie Mackintosh? Este arquitecto fue uno de los mayores representantes del Art Noveau en Reino Unido. Su obra se respira por todo Glasgow donde significa arquitectónicamente lo mismo que Gaudí para Barcelona.

Encontraréis reminiscencias suyas casi sin buscarlas, pero una visita obligada es The Willow Tea Rooms, una casa de té remodelada por él y que es un clásico de Glasgow.

Para ir hasta ella desde la Necrópolis sólo hay que andar unos metros hasta la intersección entre las calles Cathedral St y Collins St, allí tanto el autobús 19 como el 19A llevan, en apenas 15 minutos, hasta la puerta prácticamente. Sólo hay que bajarse entre Bath St y Campbell St y subir esta última hasta el famoso salón de té.

Para finalizar el recorrido, nada como cerrar la visita en un típico pub escocés. Dando un tranquilo paseo, sólo hay que retroceder hasta Campbell St y girar, primero a la izquierda en St Vicent St y por último a la derecha en Renfield St y llegas al Horseshoe Bar, un conocidísimo pub del que se dice que tiene la barra contigua más larga del mundo y donde además se puede cenar bien por apenas 5 libras. Además, a partir de cierta hora se convierte en un karaoke fantástico.


Mapa del itinerario




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