Oímos Cambridge y se nos viene a la mente la imagen de la Universidad, una de las más célebres y prestigiosas del mundo. Pero esa universidad debe estar en algún sitio, ¿no?
Pues sí, a las orillas del río Cambridge, al este del Reino Unido, se encuentra la ciudad homónima de Cambridge, una pequeña joya de apenas 40 kilómetros cuadrados de extensión, lo que la hace muy visitable en un solo día.
Si estáis por el país de Shakespeare bien podéis pasar el día en esta pequeña y bonita ciudad que está apenas a 80 kilómetros de Londres.
Si os animáis, seguid esta pequeña guía para visitarla sin perder tiempo.
Comenzamos
Como es una ciudad poco extensa, tampoco hace falta madrugar mucho. Llegamos cerca de las 9 y media y nos da tiempo a callejear un poco ante de meternos en faena.Nada más salir de la estación, casi nos topamos de frente con el Jardín Botánico de la Universidad de Cambridge, una zona estupenda para descansar del viaje y empezar con fuerza.
Vamos entonces al meollo: los edificios de la Universidad son dignos de ir visitando uno por uno, pero es una gran idea acercarse al Corpus Christi College para ver de cerca uno de los inventos más curiosos de la historia: el Corpus Clock.
Este artilugio fue inaugurado por el mismísimo Stephen Hawking en 2008 y es un reloj que solo da la hora exacta cada cinco minutos. Durante el trayecto, el ritmo es absolutamente irregular precisamente para representar la irregularidad de la vida.
Aprovechando ya que estamos por el centro, nuestra siguiente parada es el célebre King’s College, uno de los colegios que forman la universidad. Esta institución se fundó en 1441nada menos, y es una maravilla arquitectónica.
La capilla del King’s es una joya de la arquitectura gótica inglesa, así que es otra parte obligatoria de la visita. De hecho, el coro de la capilla fue creado para la boda de Enrique VIII con Ana Bolena. Pedazos de historia vayamos adonde vayamos.
Ya volveremos más adelante a la capilla, que de momento es hora de seguir adelante. Cogemos la maravillosa King’s Parade, una de las calles más míticas de la ciudad (lo notaréis por el ambientazo) y llegar al próximo destino.
Llegamos a uno de los puntos clave de la ciudad: la iglesia de Great’s St. Mary, la más céntrica de Cambridge y que tiene una gran torre desde la que se puede ver toda la ciudad. Si además tienes un día sin nubes es altamente imprescindible.
Salimos de la iglesia para ir directos a la Senate House, el edificio posiblemente que más veces hayas visto en el cine siempre que sale esta universidad. La Senate House es el espacio donde se entregan los diplomas y se enseñan las notas de los estudiantes de Cambridge al final del curso. ¿La célebre imagen de los muchachos tirando el birrete para arriba? Aquí es.
Sigamos pues, porque ya seguramente se os haya ido el cupcake a los tobillos así que perfectamente paramos un segundo a reponer energías en el Harriets Cafe Tearooms y seguimos subiendo por la King’s Parade.
Llegamos pues a un edificio verdaderamente interesante: la Round Church, una iglesia redonda inspirada en el Santo Sepulcro de Jerusalén. Merece la pena visitarla, más que nada porque solo hay 4 como ésta en toda Inglaterra.
De acuerdo, no hemos visto mucho de lo más conocido de Cambridge. Es un buen momento para coger un bus turístico que nos enseñe en una ruta de un par de horas lo más turístico de la ciudad. Se coge enfrente de esta iglesia, y cuesta 22’5£.
En el trayecto nos irán contando anécdotas e historias de la ciudad y sus puntos más emblemáticos. Parece algo excesivamente de turisteo, pero merece la pena y así descansamos un poco antes de continuar.
Una vez nos hemos bajado del bus llega el momento del buen yantar. Vamos a aprovechar que Cambridge es una de las ciudades en las que menos llueve de todo el Reino Unido y vayamos a comer de picnic.
Los parques de Cambridge son grandes y preciosos, así que escogemos uno entre Jesus Green, The Backs, Christ´s Pieces o Parker´s Piece y disfrutemos del almuerzo con tranquilidad.
Ya por la tarde, podemos disfrutar de uno de los entretenimientos más típicos de aquí (no, no es beber cerveza. Ya habrá tiempo para esto). Dirijámonos al río Cam y demos un paseo enpunt.
Las punts son unas barcas del estilo de una góndola veneciana. Podéis tanto contratar a unpunter profesional que os lleve por el río o bien, si os veis con fuerzas y ganas, alquilar una para vosotros y darle a la pértiga.
Si el día es bueno, ojito porque el río Cam puede llegar a estar más transitado que las calles, así que si al final sois vosotros los que remáis habrá que mirar bien por dónde vamos.
Dejamos la punt en su embarcadero y nos encaminamos de nuevo hacia el King’s College. Deben ser cerca de las cinco y media de la tarde cuando lleguemos allí para poder entrar en la capilla y poder disfrutar de un grandioso espectáculo.
A las 17:30 empieza el oficio en la capilla. ¿Por qué entrar en misa? Por dos razones. En primer lugar, es la única opción de visitar de forma gratuita este monumento, una de las iglesias más espectaculares del Reino Unido.
Segundo, si entramos en este momento podemos escuchar al coro de la iglesia. Uno de los más conocidos a nivel mundial y cuya resonancia embriaga el espíritu. Aunque no seas creyente.
Y llega el momento de cerrar la visita por esta ciudad, ¿y qué mejor manera de hacerlo quetomando una cerveza (o un ale) en algún mítico pub inglés?
En Cambridge existen muchos pubs muy interesantes, así que vayamos al The Eagle. Este local se hizo célebre porque fue justamente aquí donde se anunció el descubrimiento del ADN. Una ciudad entregada a la ciencia, como podemos ver.
Otra buena opción es The Pickerell Inn, que pasa por ser el pub más antiguo de la ciudad.
Mapa del itinerario
Fuente: Trucos Londres
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